
La Agresividad Infantil.
No deja de gritar, responde de mala forma a la profesora, no obedece, arremete con un cuaderno contra un compañero, es sacado de la sala… Agresividad.
No es lo común, pero se observa en algunos alumnos una situación que no pueden controlar. Docentes y padres están en la encrucijada ¿Qué hacer? ¿Castigo? ¿Inspector? ¿Busco ayuda? Muchas interrogantes ante una situación que aqueja en el inicio de este siglo. Las noticias nos apuntan a niños y jóvenes incontrolables que: roban, pelean, se embriagan y hasta asesinan ¿Dónde buscar el inicio de este descalabro social?
Observamos a los niños menores de 5 años en salas cunas, jardines, casas de vecinos, etc. Donde la familia, los padres o sólo la madre, entrega su responsabilidad a otros. El país se llena de Salas Cunas, haciendo de la labor de las madres un juego con muñecas, donde cuando quieran dejan su responsabilidad en manos extrañas y se sienten tan libres que pueden volver a sentirse “adolescentes”. No hay responsabilidad, se la hemos quitado a los jóvenes otorgándoles el facilismo en su vida cotidiana. Los Padres que le compran de todo para que su hijo o hija se sienta “bien”, la madre que le cría el hijo a su hija, los padres que justifican las insolencias y garabatos de su hijo, el padre que reclama porque el profesor le “puso” un “rojo” a su hijo, etc., etc. Estamos justificando acciones que más tarde o más temprano tendrán fatales consecuencias, tales como: niños sin control, niños nerviosos, niños sin personalidad, jóvenes autoritarios, jóvenes inconsecuentes, niños y jóvenes agresivos.
La Firmeza y el Cariño.
La firmeza y cariño, deben estar en la familia. La palabra ¡No! Debe ser aprendida por nuestros educandos, porque le va a “salvar” muchas veces de ceder ante las presiones de una sociedad consumista y “trepadora” a toda costa.
La firmeza y cariño, son esenciales para formar no sólo lo externo, sino más bien su interior, porque el hombre y mujer que tiene solides espiritual es feliz y hace feliz a otros.
La firmeza y cariño, parte del esposo como padre de familia siendo un ejemplo de liderazgo en su hogar, donde todos se cobijan bajo su alero de seguridad y cariño.
La firmeza y cariño, produce una persona humana capaz de escuchar, de comprender y soportar los fuertes embates de la vida.
La firmeza y el cariño, entregan al educando la base sólida de una casa construida en la “roca”, que aunque vengan los vientos y tormentas se mantendrá firme, porque su base es firme.
La firmeza y cariño, son sinónimo de “yo te reprendo porque te amo”, “te llamo la atención porque eres lo más importante para mi”. “si fracasas yo estaré allí para alentarte y te levantarás porque tú puedes hacerlo”.
Formemos hijos humildes, serenos, pero firmes. Hijos que sepan decir no y preguntar ¿Por qué? ante la duda. Formemos hijos capaces de no llegar a la agresividad a través de nuestro propio ejemplo.
No deja de gritar, responde de mala forma a la profesora, no obedece, arremete con un cuaderno contra un compañero, es sacado de la sala… Agresividad.
No es lo común, pero se observa en algunos alumnos una situación que no pueden controlar. Docentes y padres están en la encrucijada ¿Qué hacer? ¿Castigo? ¿Inspector? ¿Busco ayuda? Muchas interrogantes ante una situación que aqueja en el inicio de este siglo. Las noticias nos apuntan a niños y jóvenes incontrolables que: roban, pelean, se embriagan y hasta asesinan ¿Dónde buscar el inicio de este descalabro social?
Observamos a los niños menores de 5 años en salas cunas, jardines, casas de vecinos, etc. Donde la familia, los padres o sólo la madre, entrega su responsabilidad a otros. El país se llena de Salas Cunas, haciendo de la labor de las madres un juego con muñecas, donde cuando quieran dejan su responsabilidad en manos extrañas y se sienten tan libres que pueden volver a sentirse “adolescentes”. No hay responsabilidad, se la hemos quitado a los jóvenes otorgándoles el facilismo en su vida cotidiana. Los Padres que le compran de todo para que su hijo o hija se sienta “bien”, la madre que le cría el hijo a su hija, los padres que justifican las insolencias y garabatos de su hijo, el padre que reclama porque el profesor le “puso” un “rojo” a su hijo, etc., etc. Estamos justificando acciones que más tarde o más temprano tendrán fatales consecuencias, tales como: niños sin control, niños nerviosos, niños sin personalidad, jóvenes autoritarios, jóvenes inconsecuentes, niños y jóvenes agresivos.
La Firmeza y el Cariño.
La firmeza y cariño, deben estar en la familia. La palabra ¡No! Debe ser aprendida por nuestros educandos, porque le va a “salvar” muchas veces de ceder ante las presiones de una sociedad consumista y “trepadora” a toda costa.
La firmeza y cariño, son esenciales para formar no sólo lo externo, sino más bien su interior, porque el hombre y mujer que tiene solides espiritual es feliz y hace feliz a otros.
La firmeza y cariño, parte del esposo como padre de familia siendo un ejemplo de liderazgo en su hogar, donde todos se cobijan bajo su alero de seguridad y cariño.
La firmeza y cariño, produce una persona humana capaz de escuchar, de comprender y soportar los fuertes embates de la vida.
La firmeza y el cariño, entregan al educando la base sólida de una casa construida en la “roca”, que aunque vengan los vientos y tormentas se mantendrá firme, porque su base es firme.
La firmeza y cariño, son sinónimo de “yo te reprendo porque te amo”, “te llamo la atención porque eres lo más importante para mi”. “si fracasas yo estaré allí para alentarte y te levantarás porque tú puedes hacerlo”.
Formemos hijos humildes, serenos, pero firmes. Hijos que sepan decir no y preguntar ¿Por qué? ante la duda. Formemos hijos capaces de no llegar a la agresividad a través de nuestro propio ejemplo.